Las emociones son una parte esencial e inevitable de la experiencia humana, pero ¿se manifiestan de la misma forma en hombres y mujeres? Esta pregunta ha sido objeto de estudio durante décadas, ya que aunque compartimos la misma capacidad emocional, las diferencias en como las expresamos, procesamos y gestionamos pueden estar influenciadas por factores biológicos, socials y culturales.
Aunque, desde el punto de vista biológico, existen algunas diferencias en las estructuras cerebrales relacionadas con las emociones, estas diferencias no determinan el comportamiento por completo a nivel emocional, simplemente, predisponen ciertas respuestas.
Por otro lado, podemos hablar que a nivel social los niños y las niñas son educados emocionalmente de maneras distintas, lo que ocasiona que las niñas expresen tristeza, miedo o ternura. a los niños en cambio se les impulsa a ser “fuertes”, reprimir la tristeza y únicamente mostrar emociones como el enojo, emoción, misma emoción que no es permitida en las niñas.
Estos aprendizajes tienen efectos duraderos, muchos hombres aprenden a reprimir o a desconectarse de emociones que los pueden llevar a sentirse y mostrarse vulnerables, lo que conlleva a que presenten dificultades para identificar lo que sienten o a expresarlo de forma adecuada, tendiendo a manifestar todas sus emociones a partir del enojo.
Por otro lado, las mujeres tienden a hablar mas abiertamente sobre sus emociones y a buscar apoyo social con mayor facilidad, permitiendo estar expresión y regulación emocional de una manera mas sana en la mayoría de las situaciones.
Dado lo anterior, aunque los hombres y las mujeres sienten emociones por igual, la forma en la cual la regulan y las expresan, es influida directamente por la mezcla entre la biología y la cultura. Generando un peso importante la educación que recibimos respecto a la relación con ellas y que al no ser consciente de esto, ocasionando dificultades en la manera que nos relacionamos a nivel social e incluso con nosotros mismos.
Es de vital importancia ser consciente de nuestras emociones, reconocer como nos relacionamos con ellas y cambiar patrones que son disfuncionales en esta misma regulación y expresión de las mismas a través de nuestro proceso interno de autoconocimiento y la ayuda profesional.
