Continuemos hablando sobre responsabilidad afectiva, ya sabemos que el ser responsables afectivamente implica un consenso entre nuestras emociones y pensamientos y las emociones y pensamientos de nuestra pareja, pero para llegar a este consenso es necesario que tengamos en cuenta una serie de variables que permitirán cuidar nuestro vinculo, entre ellos están:
1. Expresar y dialogar sobre nuestros sentimiento y expectativas en la relación: lo cual, hace referencia al reconocimiento individual respecto a nuestras propias emociones y lo que esperamos y deseamos frente al vinculo o a la otra persona específicamente, este reconocimiento debe ir acompañado con la expresión de las mismas, en las cuales el otro miembro pueda tener conocimiento sobre lo que sentimos y esperamos, y a su vez sienta un espacio seguro en el que pueda expresarse.
2. Mantener en lo posible una expresión asertiva: el principal objetivo de esto es llegar acuerdos con el otro, evitando los juicios de valor y o responsabilizando al otro miembro de la pareja por mis emociones o priorizando mi bienestar individual por encima del bienestar de la relación.
3. Establecer limites de mutuo acuerdo: al hablar de límites, hacemos referencia a aquellas situaciones dentro de la relación las cuales no permitiremos que sucedan y a su vez, aquellos acuerdos en pro del bienestar del vinculo
4. Nos cuidamos mutuamente: cuidamos las emociones del otro y las nuestras y evitamos acciones que generan mayor sufrimiento de tipo físico y emocional.
5. Reconocemos que nuestras acciones tienen consecuencias en el otro: Dado esto, procuramos que cada conducta que realicemos no lastime de forma intencional a la otra persona y cuando esto ocurre logramos reconocer y asumir las consecuencias de las mismas, sin llegar a culpar al otro o justificar nuestra acción.
La responsabilidad afectiva se obtiene a través de la práctica, del reconocimiento de nosotros mismos y del reconocimiento de la importancia del otro dentro de un vinculo, no es algo que se realice una sola vez y ya, por el contrario, es una practica constante en nuestro diario vivir, lo cual implica moldear nuestras conductas y nuestro aprendizaje en pro del tipo de relación que deseamos construir y del cuidado de la otra persona como parte importante en nuestra vida.
El no ser responsables afectivamente nos lleva a repetir patrones de relaciones disfuncionales y a ocasionar un sufrimiento innecesario en las otras personas y en nosotros mismos, por lo tanto, es importante plantearnos antes de iniciar una relación de pareja, que tantas herramientas tenemos para cuidarnos y cuidar al otro en esta dinámica y el tipo de relación que deseamos construir con el objetivo de enfocar nuestras acciones hacia ella.
DANIELA DIAZ BLANDON
PSICOLOGA CLINICA